Autor: Héctor Muñoz Ramírez
Una de las características más distintivas de las sociedades capitalistas y de los discursos apologéticos a favor de ese modo de producción es su incansable intento deliberado por separar a la economía de la vida política, social y cultural en las que se ve inmersa la vida cotidiana de toda la población. Pueden ser motivos de preocupación las afectaciones a la salud derivadas del deterioro ambiental provocado por las actividades industriales, la decadencia de una cultura altamente mercantilizada o la corrupción de los altos funcionarios públicos, pero no se puede culpar al mercado, se nos dice constantemente, pues éste es neutral ante el mal uso que (“algunas”) personas hacen de él: la institución, como tal, no tiene nada de malo. Seguir leyendo Realidades alternativas