¿Porqué la zurda?

Autor: Sergio Guerrero

El camino que se toma para llegar a la izquierda es un camino difícil, de metamorfosis. Es un camino en el que se viven distintos cambios, ya que se somete a cuestionamiento prácticamente todo lo que se cree. La ecuación de la transformación son cinco pasos (doler, saber, querer, poder, hacer), que conforman el viaje que se vive para transformar la realidad.  (Monedero, 2016)

Aún recuerdo que las aulas de la Facultad de Economía de la UNAM de los estudiantes del primer semestre estaban llenas de jóvenes con intenciones de que les enseñaran “cómo manejar el dinero”, “cómo manejar las acciones” y cómo ser como el Lobo de Wall Street. Sin embargo, todos nos dimos un tope con “Economía Política”.

“¿Creen que aún tiene sentido estudiar a Marx?”

No nos dábamos cuenta, pero nuestra generación es la heredera de un mundo en descomposición, debido al modo de producción del que somos presos, padecemos el Síndrome de Estocolmo. Así, la falta de respuestas serias y soluciones de fondo por parte de los economistas convencionales hacían que la idea de estudiar a Marx no resultara tan descabellada.

El profesor Rosaslanda, de la mano de Bolívar Echeverría, desenmascaró la realidad del modo de producción capitalista y nos la puso de frente. Nos mostró lo putrefacta, añeja, ácida y tóxica que era y evidenció sus verdaderas intenciones. Eso a muchos no les gustó, pues veían sus sueños entrepreneur derrumbarse, comenzaban a sentirse preocupados por cómo se producía lo que consumían y empezaban a temblar sus aspiraciones egoístas. Aceptar la realidad tal cual no es nada fácil, y menos aceptar la responsabilidad histórica que se nos presenta de transformarla.

En este momento experimentaba el paso del doler al saber, en ese momento el dolor se convirtió en conocimiento. A partir de entonces, los que decidimos comprender mejor esa realidad que llevaba tanto escondida quisimos saber más sobre la obra de Marx, aquel viejo incómodo tan criticado y tan poco leído. Los que no querían meterse en muchos problemas y se sentían incómodos con la responsabilidad social que les llegaba, nos arrebataron la venda de las manos y se la colocaron de nuevo.

Los que nos quedamos nos sentíamos responsables de transformar la realidad que nos rodea, pues nos parecía cobarde omitir tal descubrimiento: eso nos haría cómplices. Nos sentíamos responsables de empatar el deber ser con el ser. Y fue así como pasamos del saber al querer.

Cuando se avanza en el conocimiento de la realidad capitalista cualquiera se va dando cuenta de lo inestable e ilógica que esta es y, por lo tanto, de lo peligroso que es continuar manteniendo el gran engaño de su apariencia. Buscamos formas de exponer la realidad, de tal forma que más personas se quiten la venda de los ojos.  El momento en el que se ven las posibilidades de cambio y se consigue transformar a más personas es cuando se transita del querer al poder. Aún nos falta transitar del poder al hacer, por lo tanto, nos proponemos dar este paso mediante este espacio de discusión: Koinonia Politike.